Las aportaciones de la Web 2.0 a los presupuestos
e-participativos
Podemos entender el “Open Government”, o “Gobierno Abierto”, como una nueva forma de comunicación permanente y transparente entre la Administración y los ciudadanos, bidireccional, mediante la que se consigue su participación efectiva en los procesos de decisión, colaboración y control de la Administración.
Un medio para llegar a este concepto de Gobierno Abierto, la “parte tecnológica” que posibilita toda la participación y apertura de la Administración Abierta, es Internet, y en concreto, la Web 2.0, también denominada Web Social. Esta nueva “plataforma” supone la desaparición de jerarquías para convertirse en un espacio multidireccional y multidimensional, donde todos los actores pueden interactuar con todos, y en la que, por tanto, el ciudadano tiene un papel activo y protagonista. De esta manera se hace efectiva la democratización de herramientas de acceso a la información, toma de decisiones, opinión, colaboración, etc.
Este espacio de apertura está disponible tanto para ciudadanos como para los propios empleados públicos, creándose estructuras de participación y colaboración a través de diferentes plataformas y herramientas, como por ejemplo wikis, blogs, redes sociales, etc.
Además, la web 2.0 ha revolucionado también la forma en la que se accede a gran cantidad de información y de datos, y la manera en la que los ciudadanos, organizaciones y empresas acceden a dicha información para darle un sentido, creando aplicaciones que generan un valor, muchas veces también económico, a partir de esos datos. Los nuevos servicios de Internet permiten que las Administraciones difundan sus datos públicos a la ciudadanía y que ésta no sólo pueda valorar la acción de la Administración a partir de esos datos públicos, sino también que se genere negocio con los mismos creando aplicaciones de valor añadido por empresas.
Todos estos nuevos conceptos suponen una revolución en el conocimiento y la comunicación en nuestra sociedad actual, así como en el propio concepto de lo que hasta ahora conocíamos por democracia, basándonos en valores de transparencia, colaboración y participación.
El Gobierno Abierto supone una simetría del diálogo con los ciudadanos: no sólo es la Administración la que habla, la que se dirige al ciudadano o la que expone sus datos; los ciudadanos también tienen mucho que decir en un modelo de Gobierno Abierto, dan sus opiniones, ayudan a mejorar los servicios públicos, participan en la toma de decisiones, etc. Y no sólo eso: la Administración debe estar donde están los ciudadanos (en sus redes sociales, en sus blogs, etc.) para detectar las opiniones y tendencias que puedan ayudar a mejorar la política y la gestión del servicio público. Las Administraciones deben estar en la web social de los ciudadanos, aprovechando incluso los recursos que generan los propios usuarios (vídeos, fotos, opiniones, etc.) para reutilizarlos en su funcionamiento diario.
La emergencia de las redes sociales, la alta cobertura de banda ancha y la cada vez mayor utilización de dispositivos móviles con acceso a Internet va a permitir que las Administraciones Abiertas ofrezcan un mejor servicio a los ciudadanos a través de Internet habilitando nuevos mecanismos de transparencia, colaboración y participación en la elaboración de todo tipo de políticas, como por ejemplo los presupuestos de las Administraciones.